¿Comprar joyería en tiempos difíciles?

En épocas de guerra y crisis, nuestra atención tiende a centrarse en los problemas del día a día. Son pocos los temas que logran ocupar nuestra mente si no están directamente relacionados con la búsqueda de soluciones inmediatas a los retos actuales. Entonces, surge la pregunta: ¿tiene sentido comprar joyas en medio de la incertidumbre que vivimos hoy?

Sorprendentemente, la respuesta es sí. Las joyas siempre han sido un símbolo de estatus, riqueza, autoridad y poder. Aunque hoy en día muchas personas las perciban solo como adornos, su significado no ha disminuido. Ya sea para una ocasión especial como una boda, un nacimiento, una comunión o un aniversario, seguimos buscando algo único e irrepetible.

¿Y si hablamos de inversión?

Comprar joyería como inversión es viable siempre que se piense a largo plazo. Cuando adquieres una pieza artística, es muy probable que su valor crezca con el tiempo. Esto puede ocurrir de dos maneras: primero, es probable que el creador de la pieza gane mayor renombre con los años, lo que aumentará el valor de sus obras. Segundo, la materia prima de la joya, como el oro o las piedras preciosas, también incrementará su valor con el tiempo. Por ejemplo, en 1998 el precio del oro rondaba los 292 USD por onza, mientras que en 2018 alcanzó los 1281,65 USD por onza (Fuente: https://www.cotizacionrealoro.com/historicos-graficas-evolucion-precio-oro).

Así, la compra de joyas está más relacionada con el prestigio, la herencia o el coleccionismo, que con la reventa.

Curiosidad: En Rusia y otros países de la antigua Unión Soviética, existe la tradición de regalar joyas de oro a las niñas desde pequeñas. Estas joyas se convierten en un pequeño «tesoro», que en tiempos de crisis puede funcionar como una especie de hucha tangible.

Las sanciones impuestas a las cuentas bancarias de ciudadanos rusos en la Unión Europea han impactado gravemente su calidad de vida. En muchos casos, la joyería que una mujer ha acumulado a lo largo de su vida se convierte en una vía para afrontar las dificultades económicas.

¿Y a corto plazo?

Personalmente, no recomendaría comprar joyas con la intención de revenderlas a corto plazo. La mayoría de la producción joyera pierde al menos un 50% de su valor de venta en cuanto sale de la tienda. Lo que se adquiere en la mayoría de las joyerías puede considerarse como «confección joyera», y en caso de reventa, el precio que se puede recuperar rara vez supera el valor del material en bruto.

¿Comprar joyas caras en tiempos difíciles?

Mi respuesta sería sí. Al fin y al cabo, el valor del dinero se devalúa constantemente, mientras que los objetos de arte y decoración suelen aumentar su valor con el tiempo. Además, en un mundo donde los bancos tienden hacia la digitalización del dinero y la desaparición del efectivo, las joyas pueden ser una excelente alternativa para conservar solvencia. De esta forma, no solo adornas tu vestuario en ocasiones especiales, sino que también adquieres un activo tangible que te ofrece estabilidad a largo plazo.